Hola de nuevo!
Después de contaros como fué mi primera visita al desierto os contaré
“brevemente” que volví en 3 ocasiones más al año siguiente, antes del viaje
definitivo en el que ahora estoy.
En principio regresaba con un viaje de Marhaba, pero al final se
tuvo que anular por falta de gente. Como ya tenía el billete de avión decidí
hablar con Youssef a ver si me podían ayudar para ir sola y así fué.
Acojonada es poco, estaba muerta de miedo, nunca había viajado
completamente sola, pero todo estaba saliendo perfectamente y decidí dejarme
llevar. Una vez más comprobé que cuando quieres hacer algo con toda la ilusión
del mundo, las cosas siempre salen bien!
A mi llegada al aeropuerto ya me esperaban para recogerme dos
guías que me habían enviado. Me llevaron al centro de Marrakech y me enseñaron
el hostal dónde pasaría la noche, austero pero confortable.
Por la mañana me recogerían para coger el autobús que me llevaba a
Hassi, desde las 08.30h. de la mañana unas 10 horitas de ruta, pasando por el
atlas, son 3h. de curvas interminables. Tuve la gran suerte de que uno de los
guías también viajaba al desierto y me acompañó todo el trayecto. Sin duda me
hizo el viaje muy agradable, además tuvimos tiempo de hablar de muchos temas
interesantes de su religión, cultura y costumbres.
Al llegar, allí estaban esperándome Youssef y Hassan. Ahora ellos
son parte de mi familia. Siempre pendientes de que no me falte de nada.
La semana transcurrió casi por completo dentro del albergue, como
una más del equipo, cocinaba con ellos, comía con ellos, iba a la compra con
ellos, cuando tenían trabajo con los turistas me sumaba a las excursiones…era
una visión muy distinta a la primera y ésta me gustaba aún más.
El día antes de marcharme, me pasé por la asociación de Hassi y me
introduje en una de las clases de francés y allí estaba ella, Sara! En el mismo
momento que me senté a su lado comenzamos a hablar y no hemos dejado de hacerlo
hasta hoy! Era el primer contacto que tenía con las mujeres del pueblo, pues
como ya os he dicho, hombres y mujeres viven completamente por separado!
Por respeto a ellas no pondré imágenes en el blog sin su
consentimiento, pues no esta bien visto publicarlas en Internet, puede traerles
problemas.
Al terminar la clase, nos dimos una vuelta por el oasis con sus
amigas. Después me invito a su casa a tomar el té y conocí a su familia. Es
otro mundo aparte el que estaba experimentando. Pero tenía que irme, y teníamos
tantas cosas que contarnos…..prometí estar en contacto con ella y volver otra
vez. Nuestra amistad acababa de comenzar y sentíamos que nos quedaban muchas
cosas que vivir juntas.
Comencé mi regreso, pero mi cabeza y mi corazón en parte se
quedaban aquí. Realmente sentía una pena enorme, pues el futuro era incierto
aunque la esperanza me decía que no me preocupara, que más tarde o más temprano
tendría la oportunidad de volver, aunque fuera de nuevo de vacaciones.
Mientras estaba inmersa en mi realidad, ya en Madrid, pasados unos
meses, Marhaba se pone en contacto conmigo para avisarme de un próximo viaje en
septiembre. Tenía que hacer lo posible por cambiar mis planes para poder
ajustarme a las fechas y voilá, me vi haciendo la maleta de nuevo.
Esta vez el programa era diferente y aparte de hacer todo lo que
os conté al principio, se incluía la estancia en un pequeño oasis a 35 Km . de Hassi llamado el
Begaa, dónde pasaríamos 2 días con las familias y con las chicas de la
asociación local.
Es en esta visita dónde definitivamente decido que en el mismo
momento en que regrese a España empezaré a moverlo todo para venirme durante unos
meses a colaborar con Marhaba en un proyecto de educación, dando clases de
español.
El objetivo es alcanzar la comunicación entre turistas y las
mujeres que se hacen cargo de nosotros durante nuestra estancia, pues estando
aquí nos dimos cuenta que nos es casi imposible mantener una conversación,
puesto que ellas sólo hablan berebere. La mayoría no han tenido la oportunidad
de ir al colegio y las que han podido ir han estudiado el árabe.
Os hablaré de estos dos maravillosos días y estoy segura que
entenderéis el por qué de mi decisión:
El trayecto se hace largo debido a la pista de tierra y piedras
que tenemos que atravesar para llegar. Son 25 Km . de asfalto y 10 de
pista, pero se tarda casi una hora en hacerlo por completo.
Llegamos como a las 16h. de la tarde, el calor es asfixiante. Nos
reciben las mujeres que pertenecen a la asociación, con té y comida. Tras las
presentaciones hacemos un taller de bereber-español con lo básico para
entendernos.
Al término nos distribuimos por casas en parejas. Mi compañera
Nani y yo somos escogidas por Nsha para ir a su casa, nuestra familia de
acogida. Nos despedimos del resto del grupo, hasta el día siguiente en que nos
reencontraremos para hacer una excursión al palmeral todos juntos.
A nuestra llegada al hogar, sus padres nos reciben como es
habitual aquí, con los brazos abiertos y ofreciéndonos todo lo que tienen.
Comienza nuestra adaptación a las circunstancias. No sabemos que
hacer, cómo actuar. Al principio observamos todo lo que hacen e intentamos
copiarlo. Siempre pidiendo permiso e instrucciones. Por suerte Nsha habla
francés y podemos comunicarnos con ella, porque con los padres nos resulta
verdaderamente difícil.
Para mí lo más complicado de ese día fue acostarme a las 9 de la
noche! Menos mal que a causa del calor dormíamos en la calle y podía contemplar
la luna y las estrellas. El tiempo pasaba despacio y seguía sin sueño. A mi
lado Nani estaba en la misma situación, pero nos mantuvimos en silencio pues
los demás miembros de la familia dormían placidamente muy cerca de nosotras.
Lo siguiente que recuerdo es el sol acariciándome la cara, debían
de ser las 6 de la mañana y a mi alrededor ya no había nadie. Me habían dejado
dormir mientras el resto estaba preparando el desayuno. Ahora entiendo el
motivo de acostarse tan temprano!
El padre ya se había marchado a trabajar. Nosotras acompañamos a
las mujeres en las tareas matutinas. Dar de comer a los animales, bajar al
huerto a buscar parte de los ingredientes de la comida, la limpieza general y
los preparativos de lo necesario para la excursión que nos llevaría todo el
día.
Llegada la hora nos vamos al punto de encuentro.
Fue muy emocionante volver a ver las caras del resto, cada uno
contando sus anécdotas e historias, cada una de ellas más interesante que la
anterior.
Y de esa forma, caminando y hablando nos fuimos conociendo un poco
mejor. Tras una larga caminata llegamos a un lugar dónde un gran árbol nos daba
cobijo a todos bajo sus ramas, para resguardarnos del calor que nos estaba
castigando.
Comenzaron los preparativos del almuerzo, pizza! Se hace fuego en
la arena y al conseguir las brasas se abre en la tierra un agujero donde
introducir el pan con el relleno, se cubre con la arena y las brasas y tras
unos minutos se retira, se limpia un poco con un paño y listo. DELICIOSA. He
comido navajas o almejas con arena después de limpiarlas con insistencia, pero
en este caso no había ni resto! El menú se acompañaba de ensalada con
arroz y fruta. Y por supuesto té.
Todo estaba especialmente bueno.
Llego el momento del sobresuelo. Todos juntos cantando y tocando
con sus instrumentos. (Tengo por aquí una grabación que también colgaré para
que podáis comprobar lo bien que nos lo pasamos.)
Hubo tiempo también para hacer un debate sobre la situación de la
mujer y cuales son sus sueños e inquietudes. Es muy triste para mí confirmar lo
que ya nos podemos imaginar todos, que la mayoría se resigna a su situación y
no se atreven ni a soñar porque saben que todo seguirá igual.
Ellas también quisieron conocer nuestros proyectos de futuro.
Cuando llegó mi turno les conté a todos, y por primera vez en voz alta, mis
pensamientos.
Se mostraron encantadas con la idea y me animaron ofreciéndome
incluso alguna oveja y un techo donde vivir. Inchallah! (ojala) me decían.
Pero en el fondo pensaban que sólo hablaba, y que las palabras se
las llevaría la brisa que en ese momento soplaba……
Regresamos tranquilamente con la puesta de sol y cada mochuelo se
fue a su olivo.
Ya en casa, nuestra madre nos había preparado el tajin y algo muy
especial, las ropas que se ponen en las bodas cuando van de invitadas. En un
momento nos vestimos de gala, y Nsha nos llevó por el pueblo a dar una vuelta,
los vecinos nos contemplaban e incluso nos invitaban a pasar a sus casas y nos
ofrecían más comida, uff. Pero aún había más, y yo que sólo quería pillar mi
saco y dormir!
Quedaba el taller de Henna. De noche, con una linterna, y la radio
de fondo con música tradicional, nuestra anfitriona nos dibujó las manos y uno
de los pies con una maestría impresionantes, y en esas condiciones, yo me
hubiera quedado ciega!
Esta vez cuando nos acostamos caí rendida al momento. No tuve ni
tiempo de decirle a mi amiga luna que no hablaba por hablar, pero sé que ella
sabía que lo pensaba de verdad, que no lo decía por decir…
Por la mañana vuelta a las tareas matinales.
Al mediodía era el momento de hacer la mochila y empezar las
despedidas.
Pero como esta parte me la salto, os voy a describir todo lo que
aprendí de mi estancia allí.
El paisaje en el Begaa es completamente desértico salvo por las
palmeras que atraviesan el pueblo. Este consta de unas 32 familias que pueden
vivir gracias al agua que el grandioso Sahara les regala escondido bajo la
arena.
Casi todos tienen animales, ovejas, burros, gallinas….
Las mujeres se dedican al mantenimiento del huerto y los animales
y como no de todas las tareas de la casa. Los hombres e hijos varones adultos
normalmente buscan trabajo en el turismo de los alrededores, la construcción,
en las minas o el transporte. En definitiva, son los que traen el dinero a
casa.
A día de hoy aún no hay luz en el pueblo, los postes ya están pero
falta la burocracia y ésa puede tardar algún tiempo, ya sabemos que aquí el
lema es, la prisa mata!
Algunas casas tienen paneles solares que les proporcionan la
energía suficiente para extraer el agua de los pozos y encender alguna
bombilla.
Pero lo habitual es tener que traer el agua de la fuente y comprar
bombonas de butano para las lámparas.
En las casas cualquier tarea se hace más “entretenida”. Se lava
toda la ropa a mano, los utensilios de la cocina en cubos de agua. Por supuesto
no hay ningún tipo de electrodoméstico, la carne por ejemplo se conserva con
especias tendida en una cuerda. Se cocina en el suelo y se hace el pan en el
horno de leña común para unas 10 familias, lugar dónde las mujeres aprovechan
para tener sus tertulias, pues el resto del día apenas se ven.
El aseo se hace por partes y el baño es una letrina apartada de la
casa en el mejor de los casos, el resto tiene mucho campo para estercolar.
Todo esto me recuerda a cuando no hace
tantos años pasaba los veranos de mi infancia en casa de mis abuelos en mi
Galicia profunda. No era tan extremo pero había muchas cosas en común.
Para mi es uno de los lugares más bonitos
del mundo. Por supuesto que echo de menos las comodidades, pero cuando las
tenía las disfrutaba al igual que ahora disfruto a pesar de la ausencia de
ellas.
Por suerte siempre hay una pequeña radio a pilas que ameniza y
hace más llevaderas las horas, que aquí son interminables.
De todo esto se entiende la importancia que tienen principalmente
las horas del día, pues cuando cae la noche cesa toda actividad, que comienza
con los primeros rayos de sol.
Ojala os estéis haciendo una idea de cómo es la vida por aquí.
Llevo 4h. escribiendo y me duelen los ojos, espero que mi relato os guste y me
hagáis algún comentario J.
Para terminar este viaje sólo me queda deciros que antes de irme
me reencontré con Sara y pude contarle mis planes. Estaba tan entusiasmada con
la idea como yo y eso aún me dio más fuerzas, pues sabía que tenía su apoyo y
ayuda para lo que necesitara. Ella me recuerda un poco a mí, es una chica algo “rebelde”.
Utilizo esta palabra porque en alguna ocasión se la he oído a algunas personas
cuando expreso que no estoy de acuerdo con algunas circunstancias que forman
parte de mi vida o con el tiempo que me ha tocado vivir, y parece que hago
siempre lo contrario a lo que esperaban. En el fondo de su corazón ella lleva
escondido su propio sueño, viajar a España algún día.
Es consciente que su situación le impide hacerlo, pues ante todo
respeta y asume el papel de la mujer en su sociedad y por supuesto no quiere
hacer daño a su familia.
Tal vez algún día pueda hacerse realidad, tal vez… Inchallah!
Y con toda esta revolución en mi interior vuelvo a mi vida. La
decisión está tomada. En cuanto me sea posible, mi camino tomará otra
dirección.
Comienzo el largo proceso de transformación de realidades. No dejo
pasar muchos días y solicito en octubre la excedencia en mi trabajo. Fecha
prevista de partida 7 de enero. Tiempo más que suficiente para que la tramiten.
Empiezo a comentar a mi entorno mis intenciones y a pedir su
ayuda, pues mi intención es dejar el piso un mes antes para ahorrar el dinero
del alquiler y necesitaré un lugar dónde dormir.
A finales de octubre, planifico otra escapada al desierto para ver
posibles casas de alquiler y hablar con varias personas que trabajan aquí,
conocen bien el terreno y pueden echarme una mano.
Me bajo con mi amiga Pilar, a la que conocí en el último viaje de
septiembre y que también se enamoró del desierto, hasta el punto de tener la
necesidad de volver en tan poco tiempo. Como ella misma decía, tenía que volver
para recuperar su alma que se había quedado aquí.
Los días pasaron demasiado deprisa entre reuniones y preparativos,
sólo tuve tiempo de ver una casa, pero no necesité más, nos gustó tanto que
negociamos directamente con el dueño las condiciones. Ahora vivo en ella.
La reunión con Gaia, la coordinadora del proyecto de CERAI en
Hassi también me ayudó mucho y aún hoy lo sigue haciendo, sino fuera por ella
las cosas no irían tan bien como creo que están saliendo!
Mención especial a Youssef y Hassan, que desde el principio están
conmigo en todo lo que me propongo sin pedir nada a cambio.
Y por supuesto que informé de todos los acontecimientos a Sara, a
la que tuve la oportunidad de visitar en varios momentos.
Todo parecía ir rodado, sin esfuerzo, como si algo o alguien me
fuera allanando el terreno antes de pisarlo. Hasta mis mayores miedos eran al
final infundados, como por ejemplo, comunicarle a mi familia la noticia. Tras
la reacción negativa al principio como era de esperar, le siguió un respeto y
apoyo incondicional que ni en mis mejores sueños podía imaginar!
Pero, seamos realistas, más tarde o más temprano siempre aparecen
piedras en el camino, tan grandes y pesadas que amenazan la estabilidad y la
fuerza que da el convencimiento de las ideas y las ilusiones.
No voy a darles más
importancia del que ya tuvieron en su momento, pues me dejaron agotada hasta el
punto de casi arrojar la toalla. Ahora puedo decir que la victoria, cuando
llega, se saborea aún más cuando ha costado tanto conseguirla. Supongo que esa
es la recompensa por no perder nunca la fe y la esperanza.
Los meses fueron pasando, lentos, entregada en cuerpo y alma en ir
rompiendo cadenas. La última cedió el 16 de enero, cuando por fin era libre!
Después de tener que aplazarlo todo, tenía que volver a ponerme en marcha, pero
ya no me sentía cansada. Ahora si que no podía pararme nada. Ya tenía nueva
fecha de partida, el 10 de febrero, Dios
que nervios, los siento como entonces.
Ahora lo más difícil era separarme de mi familia. Para ellos era
más duro que para mí, pero me transmitieron su tristeza y eso te rompe el alma.
Como explicarles que estarás bien, que no se preocupen. Pues si, hay una forma,
y se llama Skype, jajajaja. Que grande es Internet, que manera de acercar a las
personas cuando el vacío entre ellas es como un abismo sin fin.
También siento cerca a mis amigos. Recuerdo con especial cariño
todo el apoyo que me ofrecieron, todas las veces que me dieron la fuerza de
seguir adelante. De verdad os digo que ellos fueron mi aliento, las manos que
me recogieron del suelo, me abrazaron y me empujaron hacia delante. Me
aconsejaron y me dijeron, no mires atrás, sigue! Ellos siempre han creído que
lo conseguiría y de ellos es también este triunfo. Y hoy siguen demostrándome
que están conmigo a pesar de la distancia. Les oigo cuando tengo algún momento de
soledad o bajón, cuando les echo de menos, cuando deseo tenerles a mi lado, cuando miro sus fotos, me gritan ¡sigue, no
estas sola!
En lugar de juventud, digo, amistad, divino tesoro!
MUCHAS GRACIAS…….
Y así termino la parte del cómo, cuando, dónde y porqué.
A partir de ahora este blog toma el formato de diario, cuaderno de
ruta o cualquier otro nombre que recoja todos los acontecimientos que me sucedan
desde el mismo día que arranco el coche en Madrid con destino El Begaa y hasta
mi regreso a España. Intentaré alimentarlo siempre que me sea posible. Aunque
no dispongo de Internet siempre que tengo tiempo y eso es precisamente lo que
no tengo últimamente. Afortunadamente tengo más trabajo del esperado y las
clases de momento son todo un éxito, cada día se apunta más gente! Y que siga
así. Inchallah.
Un fuerte abrazo a todos!
(Como los echo de menos, aquí el único contacto físico
es darse la mano, con lo que me gustan a mí los abrazos)
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