jueves, 15 de marzo de 2012


Hola de nuevo!
Después de contaros como fué mi primera visita al desierto os contaré “brevemente” que volví en 3 ocasiones más al año siguiente, antes del viaje definitivo en el que ahora estoy.

En principio regresaba con un viaje de Marhaba, pero al final se tuvo que anular por falta de gente. Como ya tenía el billete de avión decidí hablar con Youssef a ver si me podían ayudar para ir sola y así fué.

Acojonada es poco, estaba muerta de miedo, nunca había viajado completamente sola, pero todo estaba saliendo perfectamente y decidí dejarme llevar. Una vez más comprobé que cuando quieres hacer algo con toda la ilusión del mundo, las cosas siempre salen bien!

A mi llegada al aeropuerto ya me esperaban para recogerme dos guías que me habían enviado. Me llevaron al centro de Marrakech y me enseñaron el hostal dónde pasaría la noche, austero pero confortable.

Por la mañana me recogerían para coger el autobús que me llevaba a Hassi, desde las 08.30h. de la mañana unas 10 horitas de ruta, pasando por el atlas, son 3h. de curvas interminables. Tuve la gran suerte de que uno de los guías también viajaba al desierto y me acompañó todo el trayecto. Sin duda me hizo el viaje muy agradable, además tuvimos tiempo de hablar de muchos temas interesantes de su religión, cultura y costumbres.

Al llegar, allí estaban esperándome Youssef y Hassan. Ahora ellos son parte de mi familia. Siempre pendientes de que no me falte de nada.

La semana transcurrió casi por completo dentro del albergue, como una más del equipo, cocinaba con ellos, comía con ellos, iba a la compra con ellos, cuando tenían trabajo con los turistas me sumaba a las excursiones…era una visión muy distinta a la primera y ésta me gustaba aún más.

El día antes de marcharme, me pasé por la asociación de Hassi y me introduje en una de las clases de francés y allí estaba ella, Sara! En el mismo momento que me senté a su lado comenzamos a hablar y no hemos dejado de hacerlo hasta hoy! Era el primer contacto que tenía con las mujeres del pueblo, pues como ya os he dicho, hombres y mujeres viven completamente por separado!
Por respeto a ellas no pondré imágenes en el blog sin su consentimiento, pues no esta bien visto publicarlas en Internet, puede traerles problemas.

Al terminar la clase, nos dimos una vuelta por el oasis con sus amigas. Después me invito a su casa a tomar el té y conocí a su familia. Es otro mundo aparte el que estaba experimentando. Pero tenía que irme, y teníamos tantas cosas que contarnos…..prometí estar en contacto con ella y volver otra vez. Nuestra amistad acababa de comenzar y sentíamos que nos quedaban muchas cosas que vivir juntas.

Comencé mi regreso, pero mi cabeza y mi corazón en parte se quedaban aquí. Realmente sentía una pena enorme, pues el futuro era incierto aunque la esperanza me decía que no me preocupara, que más tarde o más temprano tendría la oportunidad de volver, aunque fuera de nuevo de vacaciones.

Mientras estaba inmersa en mi realidad, ya en Madrid, pasados unos meses, Marhaba se pone en contacto conmigo para avisarme de un próximo viaje en septiembre. Tenía que hacer lo posible por cambiar mis planes para poder ajustarme a las fechas y voilá, me vi haciendo la maleta de nuevo.

Esta vez el programa era diferente y aparte de hacer todo lo que os conté al principio, se incluía la estancia en un pequeño oasis a 35 Km. de Hassi llamado el Begaa, dónde pasaríamos 2 días con las familias y con las chicas de la asociación local.

Es en esta visita dónde definitivamente decido que en el mismo momento en que regrese a España empezaré a moverlo todo para venirme durante unos meses a colaborar con Marhaba en un proyecto de educación, dando clases de español.

El objetivo es alcanzar la comunicación entre turistas y las mujeres que se hacen cargo de nosotros durante nuestra estancia, pues estando aquí nos dimos cuenta que nos es casi imposible mantener una conversación, puesto que ellas sólo hablan berebere. La mayoría no han tenido la oportunidad de ir al colegio y las que han podido ir han estudiado el árabe.

Os hablaré de estos dos maravillosos días y estoy segura que entenderéis el por qué de mi decisión:
El trayecto se hace largo debido a la pista de tierra y piedras que tenemos que atravesar para llegar. Son 25 Km. de asfalto y 10 de pista, pero se tarda casi una hora en hacerlo por completo.
Llegamos como a las 16h. de la tarde, el calor es asfixiante. Nos reciben las mujeres que pertenecen a la asociación, con té y comida. Tras las presentaciones hacemos un taller de bereber-español con lo básico para entendernos.
Al término nos distribuimos por casas en parejas. Mi compañera Nani y yo somos escogidas por Nsha para ir a su casa, nuestra familia de acogida. Nos despedimos del resto del grupo, hasta el día siguiente en que nos reencontraremos para hacer una excursión al palmeral todos juntos.
A nuestra llegada al hogar, sus padres nos reciben como es habitual aquí, con los brazos abiertos y ofreciéndonos todo lo que tienen.
Comienza nuestra adaptación a las circunstancias. No sabemos que hacer, cómo actuar. Al principio observamos todo lo que hacen e intentamos copiarlo. Siempre pidiendo permiso e instrucciones. Por suerte Nsha habla francés y podemos comunicarnos con ella, porque con los padres nos resulta verdaderamente difícil.
Para mí lo más complicado de ese día fue acostarme a las 9 de la noche! Menos mal que a causa del calor dormíamos en la calle y podía contemplar la luna y las estrellas. El tiempo pasaba despacio y seguía sin sueño. A mi lado Nani estaba en la misma situación, pero nos mantuvimos en silencio pues los demás miembros de la familia dormían placidamente muy cerca de nosotras.
Lo siguiente que recuerdo es el sol acariciándome la cara, debían de ser las 6 de la mañana y a mi alrededor ya no había nadie. Me habían dejado dormir mientras el resto estaba preparando el desayuno. Ahora entiendo el motivo de acostarse tan temprano!
El padre ya se había marchado a trabajar. Nosotras acompañamos a las mujeres en las tareas matutinas. Dar de comer a los animales, bajar al huerto a buscar parte de los ingredientes de la comida, la limpieza general y los preparativos de lo necesario para la excursión que nos llevaría todo el día.
Llegada la hora nos vamos al punto de encuentro.
Fue muy emocionante volver a ver las caras del resto, cada uno contando sus anécdotas e historias, cada una de ellas más interesante que la anterior.
Y de esa forma, caminando y hablando nos fuimos conociendo un poco mejor. Tras una larga caminata llegamos a un lugar dónde un gran árbol nos daba cobijo a todos bajo sus ramas, para resguardarnos del calor que nos estaba castigando.
Comenzaron los preparativos del almuerzo, pizza! Se hace fuego en la arena y al conseguir las brasas se abre en la tierra un agujero donde introducir el pan con el relleno, se cubre con la arena y las brasas y tras unos minutos se retira, se limpia un poco con un paño y listo. DELICIOSA. He comido navajas o almejas con arena después de limpiarlas con insistencia, pero en este caso no había ni resto! El menú se acompañaba de ensalada con arroz  y fruta. Y por supuesto té.
Todo estaba especialmente bueno.
Llego el momento del sobresuelo. Todos juntos cantando y tocando con sus instrumentos. (Tengo por aquí una grabación que también colgaré para que podáis comprobar lo bien que nos lo pasamos.)
Hubo tiempo también para hacer un debate sobre la situación de la mujer y cuales son sus sueños e inquietudes. Es muy triste para mí confirmar lo que ya nos podemos imaginar todos, que la mayoría se resigna a su situación y no se atreven ni a soñar porque saben que todo seguirá igual.
Ellas también quisieron conocer nuestros proyectos de futuro. Cuando llegó mi turno les conté a todos, y por primera vez en voz alta, mis pensamientos.
Se mostraron encantadas con la idea y me animaron ofreciéndome incluso alguna oveja y un techo donde vivir. Inchallah! (ojala) me decían.
Pero en el fondo pensaban que sólo hablaba, y que las palabras se las llevaría la brisa que en ese momento soplaba……
Regresamos tranquilamente con la puesta de sol y cada mochuelo se fue a su olivo.
Ya en casa, nuestra madre nos había preparado el tajin y algo muy especial, las ropas que se ponen en las bodas cuando van de invitadas. En un momento nos vestimos de gala, y Nsha nos llevó por el pueblo a dar una vuelta, los vecinos nos contemplaban e incluso nos invitaban a pasar a sus casas y nos ofrecían más comida, uff. Pero aún había más, y yo que sólo quería pillar mi saco y dormir!
Quedaba el taller de Henna. De noche, con una linterna, y la radio de fondo con música tradicional, nuestra anfitriona nos dibujó las manos y uno de los pies con una maestría impresionantes, y en esas condiciones, yo me hubiera quedado ciega!
Esta vez cuando nos acostamos caí rendida al momento. No tuve ni tiempo de decirle a mi amiga luna que no hablaba por hablar, pero sé que ella sabía que lo pensaba de verdad, que no lo decía por decir…
Por la mañana vuelta a las tareas matinales.
Al mediodía era el momento de hacer la mochila y empezar las despedidas.
Pero como esta parte me la salto, os voy a describir todo lo que aprendí de mi estancia allí.

El paisaje en el Begaa es completamente desértico salvo por las palmeras que atraviesan el pueblo. Este consta de unas 32 familias que pueden vivir gracias al agua que el grandioso Sahara les regala escondido bajo la arena.
La ONG CERAI está haciendo un trabajo increíble dotando de canalizaciones a toda la zona, para aprovechar al máximo cada gota de agua. De esta forma los habitantes disponen de bastantes parcelas de cultivo para su subsistencia.
Casi todos tienen animales, ovejas, burros, gallinas….
Las mujeres se dedican al mantenimiento del huerto y los animales y como no de todas las tareas de la casa. Los hombres e hijos varones adultos normalmente buscan trabajo en el turismo de los alrededores, la construcción, en las minas o el transporte. En definitiva, son los que traen el dinero a casa.
A día de hoy aún no hay luz en el pueblo, los postes ya están pero falta la burocracia y ésa puede tardar algún tiempo, ya sabemos que aquí el lema es, la prisa mata!
Algunas casas tienen paneles solares que les proporcionan la energía suficiente para extraer el agua de los pozos y encender alguna bombilla.
Pero lo habitual es tener que traer el agua de la fuente y comprar bombonas de butano para las lámparas.
En las casas cualquier tarea se hace más “entretenida”. Se lava toda la ropa a mano, los utensilios de la cocina en cubos de agua. Por supuesto no hay ningún tipo de electrodoméstico, la carne por ejemplo se conserva con especias tendida en una cuerda. Se cocina en el suelo y se hace el pan en el horno de leña común para unas 10 familias, lugar dónde las mujeres aprovechan para tener sus tertulias, pues el resto del día apenas se ven.
El aseo se hace por partes y el baño es una letrina apartada de la casa en el mejor de los casos, el resto tiene mucho campo para estercolar.

Todo esto me recuerda a cuando no hace tantos años pasaba los veranos de mi infancia en casa de mis abuelos en mi Galicia profunda. No era tan extremo pero había muchas cosas en común.
Para mi es uno de los lugares más bonitos del mundo. Por supuesto que echo de menos las comodidades, pero cuando las tenía las disfrutaba al igual que ahora disfruto a pesar de la ausencia de ellas.

Por suerte siempre hay una pequeña radio a pilas que ameniza y hace más llevaderas las horas, que aquí son interminables.
De todo esto se entiende la importancia que tienen principalmente las horas del día, pues cuando cae la noche cesa toda actividad, que comienza con los primeros rayos de sol.

Ojala os estéis haciendo una idea de cómo es la vida por aquí. Llevo 4h. escribiendo y me duelen los ojos, espero que mi relato os guste y me hagáis  algún comentario J.

Para terminar este viaje sólo me queda deciros que antes de irme me reencontré con Sara y pude contarle mis planes. Estaba tan entusiasmada con la idea como yo y eso aún me dio más fuerzas, pues sabía que tenía su apoyo y ayuda para lo que necesitara. Ella me recuerda un poco a mí, es una chica algo “rebelde”. Utilizo esta palabra porque en alguna ocasión se la he oído a algunas personas cuando expreso que no estoy de acuerdo con algunas circunstancias que forman parte de mi vida o con el tiempo que me ha tocado vivir, y parece que hago siempre lo contrario a lo que esperaban. En el fondo de su corazón ella lleva escondido su propio sueño, viajar a España algún día.
Es consciente que su situación le impide hacerlo, pues ante todo respeta y asume el papel de la mujer en su sociedad y por supuesto no quiere hacer daño a su familia.
Tal vez algún día pueda hacerse realidad, tal vez… Inchallah!

Y con toda esta revolución en mi interior vuelvo a mi vida. La decisión está tomada. En cuanto me sea posible, mi camino tomará otra dirección.

Comienzo el largo proceso de transformación de realidades. No dejo pasar muchos días y solicito en octubre la excedencia en mi trabajo. Fecha prevista de partida 7 de enero. Tiempo más que suficiente para que la tramiten.
Empiezo a comentar a mi entorno mis intenciones y a pedir su ayuda, pues mi intención es dejar el piso un mes antes para ahorrar el dinero del alquiler y necesitaré un lugar dónde dormir.

A finales de octubre, planifico otra escapada al desierto para ver posibles casas de alquiler y hablar con varias personas que trabajan aquí, conocen bien el terreno y pueden echarme una mano.

Me bajo con mi amiga Pilar, a la que conocí en el último viaje de septiembre y que también se enamoró del desierto, hasta el punto de tener la necesidad de volver en tan poco tiempo. Como ella misma decía, tenía que volver para recuperar su alma que se había quedado aquí.

Los días pasaron demasiado deprisa entre reuniones y preparativos, sólo tuve tiempo de ver una casa, pero no necesité más, nos gustó tanto que negociamos directamente con el dueño las condiciones. Ahora vivo en ella.

La reunión con Gaia, la coordinadora del proyecto de CERAI en Hassi también me ayudó mucho y aún hoy lo sigue haciendo, sino fuera por ella las cosas no irían tan bien como creo que están saliendo!

Mención especial a Youssef y Hassan, que desde el principio están conmigo en todo lo que me propongo sin pedir nada a cambio.

Y por supuesto que informé de todos los acontecimientos a Sara, a la que tuve la oportunidad de visitar en varios momentos.

Todo parecía ir rodado, sin esfuerzo, como si algo o alguien me fuera allanando el terreno antes de pisarlo. Hasta mis mayores miedos eran al final infundados, como por ejemplo, comunicarle a mi familia la noticia. Tras la reacción negativa al principio como era de esperar, le siguió un respeto y apoyo incondicional que ni en mis mejores sueños podía imaginar!

Pero, seamos realistas, más tarde o más temprano siempre aparecen piedras en el camino, tan grandes y pesadas que amenazan la estabilidad y la fuerza que da el convencimiento de las ideas y las ilusiones.

No  voy a darles más importancia del que ya tuvieron en su momento, pues me dejaron agotada hasta el punto de casi arrojar la toalla. Ahora puedo decir que la victoria, cuando llega, se saborea aún más cuando ha costado tanto conseguirla. Supongo que esa es la recompensa por no perder nunca la fe y la esperanza.

Los meses fueron pasando, lentos, entregada en cuerpo y alma en ir rompiendo cadenas. La última cedió el 16 de enero, cuando por fin era libre! Después de tener que aplazarlo todo, tenía que volver a ponerme en marcha, pero ya no me sentía cansada. Ahora si que no podía pararme nada. Ya tenía nueva fecha de partida, el 10 de febrero,  Dios que nervios, los siento como entonces.

Ahora lo más difícil era separarme de mi familia. Para ellos era más duro que para mí, pero me transmitieron su tristeza y eso te rompe el alma. Como explicarles que estarás bien, que no se preocupen. Pues si, hay una forma, y se llama Skype, jajajaja. Que grande es Internet, que manera de acercar a las personas cuando el vacío entre ellas es como un abismo sin fin.

También siento cerca a mis amigos. Recuerdo con especial cariño todo el apoyo que me ofrecieron, todas las veces que me dieron la fuerza de seguir adelante. De verdad os digo que ellos fueron mi aliento, las manos que me recogieron del suelo, me abrazaron y me empujaron hacia delante. Me aconsejaron y me dijeron, no mires atrás, sigue! Ellos siempre han creído que lo conseguiría y de ellos es también este triunfo. Y hoy siguen demostrándome que están conmigo a pesar de la distancia. Les oigo cuando tengo algún momento de soledad o bajón, cuando les echo de menos, cuando deseo tenerles a mi lado,  cuando miro sus fotos, me gritan ¡sigue, no estas sola!

En lugar de juventud, digo, amistad, divino tesoro!
MUCHAS GRACIAS…….

Y así termino la parte del cómo, cuando, dónde y porqué.
A partir de ahora este blog toma el formato de diario, cuaderno de ruta o cualquier otro nombre que recoja todos los acontecimientos que me sucedan desde el mismo día que arranco el coche en Madrid con destino El Begaa y hasta mi regreso a España. Intentaré alimentarlo siempre que me sea posible. Aunque no dispongo de Internet siempre que tengo tiempo y eso es precisamente lo que no tengo últimamente. Afortunadamente tengo más trabajo del esperado y las clases de momento son todo un éxito, cada día se apunta más gente! Y que siga así. Inchallah.

Un fuerte abrazo a todos!
(Como los echo de menos, aquí el único contacto físico es darse la mano, con lo que me gustan a mí los abrazos)

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