Hoy es un nuevo día, brilla el sol y se celebra una boda en Hassi! voy con mi Sara a ver que se cuece por allí.
Estamos en una sala pequeñita sólo mujeres hablando en bereber, cantando y bailando. Estoy observando todo desde un rincón, no entiendo nada, pero veo a unas chicas desinhibidas por completo, lejos de las miradas de los hombres, disfrutando como enanas de la fiesta. Yo a la novia no la veo por ningún lado, pero eso no parece ser importante. Parece que la novia está en otra habitación acompañada por su familia probándose ropa.
De repente las mujeres de la familia salen a la calle con una maleta en la cabeza cantando y dando vueltas y la dejan en un coche para llevarla a la futura casa del matrimonio. De momento no entiendo mucho de estas ceremonias, pero os iré contando, pues con el tiempo he ido descubriendo todo el significado de estos rituales....
Tengo la gran suerte de conocer a unas de las mejores personas que he conocido nunca. Ellos son Gaia y Matías, unos Italianos que llevan trabajando en esta zona de Marruecos durante 2 años con la ONG Cerai. Desde el primer día me están dando todo su apoyo y hoy estoy cenando con ellos. Nos conocemos bien poquito, pero nuestros encuentros son realmente divertidos e interesantes, no podemos dejar de hablar sobre cualquier tema. Las horas vuelan a su lado, ellos me aportan todo lo que necesito en estos momentos...
Después de semana y media estoy en el albergue dónde tengo conexión a internet y me dispongo a conectarme con mi familia.....y ahí estan!!! puedo hacer videoconferencias con ellos, estan aquí conmigo en este salón, la distancia a perdido su dimensión. "Ya no me siento sola".
Y así paso los días, de mi casa a casa de Sara ( cuya familia también lo es ahora mía), adaptándome al entorno, aprendiendo sus costumbres, como por ejemplo yendo a por agua a la fuente, ir al tajanut (tienda de comestibles), limpiar, hacer platos típicos entre otras muchas tareas que iré poco a poco desgranando.
(Una de las cosas que más me ha sorprendido hasta ahora es que puedo ir al mercado y comprar una bolsa llena de verduras por tan sólo 1€!)
Y cómo me siento? pues estupendamente la mayor parte del tiempo. Sólo el frío y los ratones intentan amargarme, pero he de decir que he ganado la batalla. Después de una convivencia más o menos tranquila, han invadido mi espacio hasta el límite y he terminado con ellos, es la ley del más fuerte.
Estamos en una sala pequeñita sólo mujeres hablando en bereber, cantando y bailando. Estoy observando todo desde un rincón, no entiendo nada, pero veo a unas chicas desinhibidas por completo, lejos de las miradas de los hombres, disfrutando como enanas de la fiesta. Yo a la novia no la veo por ningún lado, pero eso no parece ser importante. Parece que la novia está en otra habitación acompañada por su familia probándose ropa.
De repente las mujeres de la familia salen a la calle con una maleta en la cabeza cantando y dando vueltas y la dejan en un coche para llevarla a la futura casa del matrimonio. De momento no entiendo mucho de estas ceremonias, pero os iré contando, pues con el tiempo he ido descubriendo todo el significado de estos rituales....
Tengo la gran suerte de conocer a unas de las mejores personas que he conocido nunca. Ellos son Gaia y Matías, unos Italianos que llevan trabajando en esta zona de Marruecos durante 2 años con la ONG Cerai. Desde el primer día me están dando todo su apoyo y hoy estoy cenando con ellos. Nos conocemos bien poquito, pero nuestros encuentros son realmente divertidos e interesantes, no podemos dejar de hablar sobre cualquier tema. Las horas vuelan a su lado, ellos me aportan todo lo que necesito en estos momentos...
Después de semana y media estoy en el albergue dónde tengo conexión a internet y me dispongo a conectarme con mi familia.....y ahí estan!!! puedo hacer videoconferencias con ellos, estan aquí conmigo en este salón, la distancia a perdido su dimensión. "Ya no me siento sola".
Y así paso los días, de mi casa a casa de Sara ( cuya familia también lo es ahora mía), adaptándome al entorno, aprendiendo sus costumbres, como por ejemplo yendo a por agua a la fuente, ir al tajanut (tienda de comestibles), limpiar, hacer platos típicos entre otras muchas tareas que iré poco a poco desgranando.
(Una de las cosas que más me ha sorprendido hasta ahora es que puedo ir al mercado y comprar una bolsa llena de verduras por tan sólo 1€!)
Y cómo me siento? pues estupendamente la mayor parte del tiempo. Sólo el frío y los ratones intentan amargarme, pero he de decir que he ganado la batalla. Después de una convivencia más o menos tranquila, han invadido mi espacio hasta el límite y he terminado con ellos, es la ley del más fuerte.
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